viernes, 24 de octubre de 2008

Excursión a Burgos de la Tercera Edad.

El viaje comenzó a las 8 de la mañana recogiendo a todos los asistentes por las distintas localidades de los tres municipios de la Mancomunidad; saliendo alrededor de las 9.15 de Cartes dirección Burgos.
Serían las 11 de la mañana cuando el autobús entró en la ciudad de Burgos para hacer la primera parada de la excursión; el Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas. Es un monasterio amplio y complejo, con aspecto de fortaleza. Se conservan dos puertas: una para el público, que conduce al Compás de Afuera y otra llamada de Alfonso XI, que conduce al Compás de Adentro; esta parte se utilizó como servicio para las monjas. Muchos de los asistentes aprovecharon el momento para saludar a una monja de clausura de Quijas. Después de contemplar la belleza arquitectónica de Santa María la Real de las Huelgas, atravesaron el arco de Santa María, que data del siglo XIV y fue puerta de entrada de la muralla, que circundaba la ciudad, hacia la catedral.
La segunda parada del día fue la Catedral de Burgos, donde les esperaba la guía que les acompañaría durante todo el recorrido al edificio. La visita comenzó en el exterior del edificio, donde pudieron observar el tímpano en el que se encuentra un dintel con doce figuras sentadas representando a los apóstoles. Una vez en el interior, pudieron observar el claustro, las capillas y el coro. Pero una de las cosas que mayor interés despertaron fue el Papamoscas, que, todas las horas en punto, mueve un brazo con el que da un campanazo y abre al tiempo la boca. A su derecha, en un balcón, otro autómata se encarga de anunciar los cuartos de hora golpeando las campanas que le flanquean y al que se le conoce con el nombre de Martinillo. Otro de los objetos que llamó su atención fue el cofre del Cid, que se guarda en una pared de la Capilla del Corpus Christi de la catedral. Según la tradición fue el cofre supuestamente lleno de monedas, pero en realidad lleno de arena, con las que el Cid avalaba el dinero en metálico que necesitaba para mantener su tropa y que le dieron unos judíos al salir de Burgos camino del destierro.
Alrededor de las 14.15, se acercaron al Centro de la Tercera Edad de Caja Círculo, en donde pudieron disfrutar de la comida. Más tarde, a las cuatro de la tarde volvieron a la plaza del Rey San Fernando, en frente de la Catedral, donde les esperaba el tren turístico en el que recorrieron toda la ciudad. Arriba, en el mirador, todos pudieron disfrutar, a pesar del frío, de las increíbles vistas de Burgos.
Vuelta al centro de la ciudad, tuvieron tiempo libre para realizar las típicas compras hasta las 18 h, hora en la que estaba programada la vuelta. Pero antes de volver directamente a Cantabria, hicieron una parada obligada en Sotopalacios para comprar las tradicionales morcillas de Burgos.

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